El mes de Mayo en Teresa

Algunas citas de Santa Teresa de Jesús para recordar sus pensamientos sobre la Virgen María en este mes de mayo. Felicidades a todas las madres, también a las que consagran su vida para rezar y trabajar por todos los hijos de Dios.

 

Me acuerdo que cuando murió mi madre, tenía yo doce años de edad, poco menos. Cuando yo comencé a entender lo que había perdido, afligida, me fui a una imagen de nuestra Señora y le supliqué, con muchas lágrimas, que fuese mi madre. Me parece que, aunque se hizo con simpleza, me ha valido; porque he hallado a esta Virgen soberana muy claramente en cuanto la he encomendado y al fin, me ha reconquistado (V 1, 7).

 

Mas bien sabe Su Majestad que sólo puedo presumir de su misericordia; y ya que no puedo dejar de ser la que he sido, no tengo otro remedio sino llegarme a ella y confiar en los méritos de su Hijo y de la Virgen, Madre suya, cuyo hábito indignamente traigo y traéis vosotras. Alabadle, hijas, que lo sois verdaderamente de esta Señora, y así no tendréis por qué afrentaros de que yo sea ruin. Pues tenéis tan buena madre, imitadla y considerad qué tal debe de ser la grandeza de esta Señora y el bien de tenerla por patrona, pues no han bastado mis pecados y ser la que soy, para deslustrar en nada esta sagrada Orden (III M 1, 3).

 

Parezcámonos, hijas mías, en algo a la gran humildad de la Virgen Santísima, cuyo hábito llevamos, que es motivo de confusión llamarnos hijas suyas; que por mucho que parezca que nos humillamos, nos quedamos muy cortas para ser hijas de tal Madre (C 13, 3)

 

Ni aborrecisteis, Señor de mi alma, cuando andabais por el mundo a las mujeres, antes las favorecisteis siempre con mucha piedad y hallasteis en ellas tanto amor… y más fe que en los hombres, pues estaba la sacratísima Madre en cuyos méritos merecemos (CE 4, 1).